Para muchos no hay nada más tentador en una cerveza que su espuma, mientras que otros no avalan su importancia y directamente se piden la cerveza sin ella. Sabemos que espuma es una de las características más apreciadas de una cerveza bien elaborada, siendo indicador de calidad y hoy vamos a conocer qué es, para qué sirve y cuáles son sus características. ¡Descúbrelo en BeerCat!
¿Qué es la espuma de la cerveza?
La espuma de la cerveza es aquella sustancia de aspecto globular que se encuentra en la parte superior de los vasos de cerveza y cuyas burbujas están compuestas por gas carbónico que procede de la fermentación alcohólica de los cereales.
La formación de la espuma y su permanencia en la superficie es producto de la acción de las proteínas provenientes de la malta, otras resinas provenientes del lúpulo y de las burbujas de dióxido de carbono que contiene la cerveza, producto de la fermentación.
Las características de la espuma de la cerveza residen en su densidad, cremosidad, estabilidad y adherencia al vidrio. Debemos tener en cuenta que, la espuma de la cerveza varía según el cereal empleado en su elaboración, del tipo de malta, haciendo que las cervezas de trigo tiendan a generar más espuma. Además, la formación y retención de la espuma en el vaso puede dependen también de otras variables como la superficie del vaso, el tipo de cerveza, la cantidad de alcohol, la temperatura, la calidad y cantidad de los compuestos de la cerveza, etc.
¿Para qué sirve la espuma de la cerveza?
La espuma de la cerveza, además de poseer una función estética, principalmente ayuda a proteger tanto el aroma como el sabor de la bebida. De esta forma, cuanta más espuma tenga tu copa, más se evitará el contacto del líquido con el aire. Así se evita que la cerveza no se oxigene y no pierda el gas tan rápido.
Además, la espuma actúa también como una superficie que retiene los aromas de la bebida. Un aspecto que valoran mucho los amantes de esta bebida
¿Cuánta espuma debería tener mi cerveza?
Muchos expertos catadores de cerveza aseguran que dos dedos de grosor sería lo ideal. Para conseguir esa capa perfecta, la clave está en saber cómo tirar la cerveza. Debes recordar que en primer lugar se debe inclinar el vaso entre 20º y 45º procurando que el líquido vaya cayendo justo en la mitad del vaso. Una vez que se haya llegado a la mitad del vaso aproximadamente, el recipiente se debe ir llevando poco a poco a posición vertical.
Por supuesto, el tipo de vaso es determinante con respecto a la espuma de la cerveza. Hay que tener en cuenta que, cuando se abre una cerveza se libera el CO2 encerrado subiendo hasta la superficie desde el interior del líquido. Haciendo que la forma que tenga el vaso de cristal sea determinante, ya que puede afectar a la retención de la espuma y el aroma de la cerveza.